Horchata de chufa

 

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La chufa llegó a España con los árabes. Primero probaron a sembrarla en Málaga, pero el clima y la tierra no resultaron ser los idóneos para conseguir el punto que se pretendía, el sabor especial que requería aquel refresco dulzón y espeso, capaz de calmar la sed de los nómadas del desierto de Chufi, la región sudanesa de donde procede este pequeño tubérculo.
Mientras se drigían hacia las Galias, los musulmanes fueron probando en las tierras por donde pasaban: Almería, Murcia y Alicante. Sin embargo, todo fue en vano. Hizo falta llegar a las tierras que rodean Valencia para encontraron los suelos arenosos adecuados, las elevadas temperaturas idóneas y el entorno ideal en el que la chufa consiguió adquirir una calidad máxima y un sabor dulce característico. De esa forma, en la comarca de L’Horta enraizó la chufa y en Alboraia se inició la comercialización de la horchata. En la actualidad se cultivan casi mil hectáreas que producen alrededor de seis millones de kilos de chufas verdes, de las que el ochenta y cinco por ciento se destinan a la horchata.
Y si de Chufi vinieron los tubérculos y el nombre, la historia cuenta que su cristianización correspondió al rey Jaime I, el conquistador. La leyenda habla de que estando éste de paseo una tarde calurosa de verano del año 1240 por la huerta, sintiéndose sudoroso y sediento, paró a descansar con su séquito en una alquería mora de Alboraia. Una muchacha del lugar le ofreció un vaso que contenía un líquido blanco, desconocido y tan refrescante que logró terminar con la sed del monarca. Tras probarlo, entusiasmado, el rey sentenció: “Aixó és or, xata” (“eso es oro, nena”). Sin saberlo, aquel aventurero rey acababa de bautizar comercialmente el nutritivo y espléndido refresco.
La chufa se siembra en los meses de febrero a abril y se recoge a finales del mes de octubre. Su proceso de fabricación continúa siendo casi artesanal, solo la recogida de la chufa está mecanizada. Tanto el lavado como la selección se hacen a mano hasta que las chufas van a parar a las chambras. Allí permanecerán entre cuatro y cinco meses hasta que están completamente secas.
La horchata de chufa es una bebida excelente que favorece la producción de leche materna.
Además de con chufa, la horchata puede hacerse de arroz, avellanas, almendras, piñones, etc.

 

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