El agua de rosas y el agua de azahar proporcionan un dulce perfume a una gran variedad de alimentos, sobre todo a los postres y pastas, además de a algunas bebidas de frutas y ensaladas. Se pueden utilizar juntas o por separado, en función del plato y del gusto de cada cual.
Las esencias se destilan con agua, partiendo de los pétalos de las flores, con un procedimiento inventado por los árabes. En la actualidad, los productos que encontramos en el mercado suelen ser una disolución de las esencias así obtenidas.
El agua de rosas es uno de los productos destilados de mayor antigüedad, siendo en el Medio Oriente una industria importante desde hace más de 1200 años. Tanto el agua de rosas como el agua de azahar se suelen añadir a los alimentos más por el placer que da su fragancia que por su sabor.
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