1 taza de yogur
1 taza de agua
Licúe el yogur y el agua durante 1 ó 2 minutos, pase el líquido a un recipiente de boca ancha. Quite con una cuchara primero toda la espuma de la superficie y luego, preferiblemente, con una cuchara plana de metal o una espátula extráiga la capa de grasa que se forma en la superficie. Lo que queda es el buttermilk. Esta bebida es el mejor alimento para la digestión. Enciende el fuego digestivo e incrementa las enzimas digestivas, es buena para curar edemas, enfermedades del abdomen, hemorroides, diarréa, enfermedades del hígado, controla y disminuye el colesterol, elimina las grasas y ayuda a mantener el equilibrio ácido alcalino en el estómago.
No debe tomarse en una misma comida junto con el yogur. Se recomienda tomar diariamente 1/2 vaso de buttermilk después de la comida principal al mediodía.