Vitaminas hidrosolubles


LA VITAMINA B1
También llamada tiamina, antineuritis y antiberibérica, fue descubierta y aislada a partir del salvado de arroz en 1911.
La B1 es la vitamina del sistema nervioso. Además, estimula el apetito, combate el dolor y participa en el metabolismo cerebral. Es muy recomendable en los casos de debilidad general, ansiedad, depresión, furunculosis, herpes y en la enfermedad de beriberi.
La carencia de esta vitamina puede provocar astenia, neuralgia, calambres musculares, dolores reumáticos, espasmofilia y falta de apetito.
Podemos encontrar esta vitamina en el hígado, el cerdo, la levadura de cerveza, el germen de trigo, los cereales y las lentejas. Un niño necesita diariamente de 0,4 a 1,7 miligramos; un adulto de 1,1 a 2 miligramos y una mujer embarazada de 1,8 a 2.
Es muy aconsejable para personas con problemas de alcoholismo, que sufren de diabetes o de trastornos hepáticos.

LA VITAMINA B2
Llamada riboflamina o lactoflavina, fue descubierta a partir del pigmento amarillo de la leche en 1935. Interviene en el metabolismo de los azúcares. Es esencial para la liberación de la energía ene l interior de la célula y facilita su respiración.
Disminuye los signos de degeneración, combate las hipersecreciones cebáceas y previene los calambres. Una carencia de vitamina B2 puede provocar un retraso ene l crecimiento o incluso una parada en el lactante, problemas de estreñimiento e inflamación de las mucosas.
La B1 se encuentra en el hígado de buey y cordero, la levadura de cerveza, las semillas de soja y los cereales. La cantidad que de ella necesita un niño es entre 0,9 y 1,8 miligramos; un adulto entre 1,5 y 2,6 miligramos, y una mujer embarazada entre 2,5 y 3 miligramos.

LA VITAMINA PP
La vitamina PP (preventiva de la pelagra) o nicotinamida, fue aislada a partir del salvado de arroz y es un derivado de la vitamina B3.
Esta vitamina interviene en la asimilación de las materias grasas, facilita la dilatación de los vasos sanguíneos y favorece la respiración celular.
La carencia de esta vitamina puede causar pelagra, vértigo, arterioesclerosis, graves trastornos digestivos y astenia.
Se encuentra en el hígado, arroz integral, mijo, trigo sarraceno, soja, cebada, frutos oleaginosos, levadura de cerveza, leguminosas y ciertas verduras.
Un niño necesita según la edad de 4 a 12 miligramos, un adulto de 12 a 20 miligramos.

LA VITAMINA B6
También llamada piridoxina o vitamina G. Participa en el metabolismo de las proteínas y es la vitamina de los comedores de carne. También intervienen en el metabolismo de las grasas y de los azúcares y contribuye a la síntesis de la hemoglobina.
La falta de esta vitamina puede causar trastornos digestivos y nerviosos, irritabilidad, insomnio y debilidad. Se indica en los casos de problemas musculares, calambres y depresión nerviosa.
Se encuentra en el hígado de ternera, el salmón, el plátano, las lentejas, los garbanzos, la soja, el tomate y en otras verduras.
La necesidad para un niño varía entre 0,6 y 1,6 miligramos, según la edad; la de un hombre es de 2,5 miligramos y la de una mujer de 2 miligramos.

LA VITAMINA B12
También llamada cianocobalamina, contribuye a la formación de los glóbulos rojos, ayuda en el crecimiento y la regeneración de los tejidos y actúa sobre el sistema nervioso.
Una carencia de esta vitamina puede causar problemas de anemia, anorexia y astenia. Se recomienda en caso de convalescencia y retraso en el crecimiento, migraña y neuralgia.
Se encuentra en el hígado de buey, de cordero, de cerdo, de ternera y de pollo, en la carne de buey, el pescado, los riñones, la leche, los huevos y el queso.
Los vegetales no contienen vitamina B12, por lo que en caso de seguir un régimen vegetariano hay que reemplazarla por preparados vitamínicos.
La necesidad de un niño según la edad es de 0,01 a 0,03 miligramos, un adulto necesita 0,04 miligramos.

LA VITAMINA C
También llamada ácido ascórbico o ácido hexurónico fue aislada entre 1928 y 1932. Activa la producción de anticuerpos que defienden el organismo contra las infecciones. También es antioxidante y permite la formación del tejido conjuntivo de los huesos, los cartílagos y de los dientes.
La carencia de esta vitamina puede causar escorbuto, caries dentarias, estrés, gingivitis, enfermedades infecciosas, descalcificación, gripe y fatiga.
Se encuentra en la fruta y en los frutos oleaginosos.
La necesidad diaria de un niño varía según la edad, de 30 a 75 miligramos; un adulto necesita 80 miligramos y una mujer embarazada 100 gramos.

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