Algunas plantas podrían resultar perjudiciales si se tomaran en dosis elevadas. Durante el embarazo no se deben consumir plantas laxantes, ya que éstas pueden congestionar la pelvis, ni las que estimulen la aparición de la regla, ya que algunas, como la ruda, la salvia o el regaliz pueden ser abortivas en dosis elevadas.
Vamos a hablar de algunas de las que nunca se debe abusar.
AJENJO: Es un estimulante digestivo y se utiliza para bajar la fiebre, pero su uso prolongado puede provocar afecciones gástricas, epáticas, renales y alucinaciones e impotencia. Esta preparación de ajenjo solo debe tomarse como máximo durante una semana.
BETEL: Elimina el cansancio y mejora el rendimiento en el trabajo, pero su uso excesivo puede provocar vértigos, diarrea y daños en dientes.
DAMIANA: Es un tónico nervioso y un importante estimulante de las funciones cerebrales. Está indicado en convalecencias. Su uso excesivo puede resultar tóxico para el hígado.
EFEDRA: Es diurético, tónico cardiaco y descongestionante de las mucosas respiratorias. Pero si se toma a dosis muy elevadas, puede producir vértigos, nerviosismo e insomnio. Su empleo está contraindicado si se padece hipertensión, enfermedades del corazón o las tiroides y diabetes.
GENCIANA: Resulta muy buena para abrir el apetito y en digestiones difíciles, pero su raiz fresca en grandes dosis puede provocar vómitos.
ENEBRO: Se usa en trastornos digestivos, fatiga y anemia, pero su aceite esencial está contraindicado en casos de enfermedad aguda renal.
ROMERO: Actúa como digestivo y es diurético; sin embargo, a dosis muy elevadas puede provocar irritación renal.
PASIFLORA: Funciona en casos de estres y angustia, pero si se toma en cantidades muy elevadas puede ser alucinógeno.
MENTA: Elimina el mal aliento y funciona como estimulante estomacal. Según estudios, podría provocar la muerte si se tomara en dosis elevadísimas, aunque no se ha demostrado que nadie tome esas dosis.
